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SD Compostela 1-2 R.Celta B

El Celta B de Fredi pasó por encima de un Compostela triste e impotente
Alineación (4-1-4-1): Ramón, Josu, Portela, Alcañiz, Jimmy, Iván Moya (Teles), Moreira, Fondevila, Manu R. (Mon), Quim Araújo (Mensha) y Borja Navarro.

El Compostela sigue sin carburar.. Este domingo cayó derrotado en casa por tercera vez en lo que va de liga. Tres derrotas en San Lázaro, el mismo número que en toda la temporada pasada. Y si bien contra el Guijuelo o el Logroñés se pudieron sacar aspectos positivos, hoy ninguno. El equipo, lejos de ir mejorando con el paso del tiempo, juega cada vez peor al fútbol y los resultados tampoco son nada buenos.

El Celta B salió al partido con más ganas y con mayor vocación ofensiva. En los primeros minutos Ramón tuvo que salvar un uno contra uno para evitar que el filial vigués se pusiera por delante. Pero en la siguiente jugada, aprovechando la baja intensidad defensiva marcó el Celta, por medio de un santiagués, Borja Iglesias.
El gol no sirvió para hacer despertar a un equipo que seguía a la deriva y que pudo encajar el 0-2 pocos minutos después cometiendo un innecesario penalti. Pero Ramón aguantó muy bien al lanzador sin tirarse, y obligó a éste a colocar mucho el disparo, tanto que acabó dando en el palo.

El subidón de moral que supuso este fallo enrabietó a un Compos que a base de garra consiguió reaccionar y disfrutar de alguna que otra ocasión de peligro, pero la puntería blanquiazul sigue como hasta ahora: totalmente desviada. Este arranque de furia equilibró el partido por momentos pero según se fue diluyendo las cosas volvieron a su estado anterior, y la segunda parte fue más de lo mismo: un Celta B que creaba y dominaba y un Compos impotente, completamente incapaz de sacar el balón jugado y que sólo sabía dar patadones al balón esperando que Borja Navarro fuera capaz de cazar alguna pelota por alto. A base de balonazos también se conseguía algún acercamiento pero sin excesivo peligro porque rara vez la jugada terminaba con un tiro entre los tres palos.

El Compos estaba muy mal pero la buena noticia es que sólo perdía por uno y en cualquier acción aislada se podía empatar, hasta que en un rápido contraataque el Celta puso el 0-2 que supuso un verdadero mazazo. Lo peor no era el resultado sino ver cómo el equipo era incapaz de reaccionar, de hacer algo en ataque. El Compostela no tiene más recurso arriba que el balón en largo, lo cual es muy preocupante.

En los últimos minutos el Compos tuvo otro arreón en el que por lo menos le echó corazón. A la desesperada y fuera como fuera había que marcar. Jimmy consiguió recortar diferencias poco antes del minuto 90 con un bonito gol desde fuera del área, pero ya demasiado tarde para poder hacer algo más. El Compos probablemente hubiera necesitado otros 90 minutos más para poder anotar otro gol.

Al final, otra derrota al saco, que son ya cuatro en siete partidos. Preocupante por los números y preocupante sobre todo por las sensaciones. Este equipo necesita jugar a algo, tener una idea de juego definida, y qué decir ya de la precisión.
Próximo examen, en Luanco el sábado, en el que el Compos debe sacar buena nota sino quiere empezar a hundirse en el pozo.