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SD Compostela 0-1 UD Logroñés

La falta de pegada condena al Compostela a un nuevo naufragio en San Lázaro


Alineación (4-2-3-1): Ramón; Catú, Alcañiz, Portela, Jimmy, Marcos, Manu (Lemos), Jordan (Quim Araújo), Teles (Iván Moya), Moreira y Borja Navarro.

El Compostela perdió 0-1 con el Logroñés sumando así su segunda derrota consecutiva en San Lázaro. El feudo blanquiazul que sólo había caído tres veces en toda la temporada pasada, esta ha sido tomado ya en dos ocasiones. De nuevo de forma injusta, pero eso es ya poco consuelo.

El encuentro comenzó muy equilibrado, con dos equipos parejos con unos primeros minutos de asentamiento en el partido. El Compostela, sin embargo, muy poco a poco fue haciéndose con la posesión y  el partido. Primero posicionalmente y teniendo más el balón, posteriormente, consiguiendo llegar al área. Sin embargo la primera ocasión con peligro fue riojana en la que la buena intervención de Ramón salvó el empate. Pero a partir de ahí cada vez fue mayor el protagonismo blanquiazul. Pero esa superioridad costó mucho convertirla en ocasiones claras, y aunque se consiguió finalmente crear algunas, lo que costó más todavía es convertirlas en gol. De hecho, casi ningún disparo realizado en los 90 minutos fue siquiera entre los tres palos.

En la segunda parte el encuentro siguió por los mismos derroteros los primeros minutos pero poco a poco la situación se fue invirtiendo. La SD fue de más a menos y sufrió una de sus habituales pájaras. Ese bajón sería duramente castigado. Primero con la expulsión de Catú por doble amarilla, que a mi juicio mereció menos la expulsión que el guardameta rival en la primera parte, sólo sancionado con una amarilla, y segundo, con el gol. El tanto de la victoria visitante llegó de forma inmediata aprovechando el caos defensivo blanquiazul. De hecho ni tiempo había tenido Iñaki Alonso de hacer un cambio que recompusiera el equipo, aunque no es excusa para lo fatalmente que estuvo defendida esa acción.

Obligado por las circunstancias el Compos tuvo que ir con uno menos a por el gol, sin ningún éxito, con un juego muy apresurado e impreciso, aunque aún así se consiguió alguna ocasión clara para empatar. Pero el punto de mira seguía desviado.

Derrota que deja muchas dudas pero que ofrece un escenario inmejorable para hacerla olvidar: el próximo sábado toca visitar Ferrol. No se puede fallar. Para ello, eso sí, hay varias cosas que este equipo necesita pulir mucho: Constancia, definición, e ideas en ataque.